enero 11, 2007

Ya no sueño con un iPhone de Apple

Por poco me da un paro cardiaco cuando me enteré que el nuevo iPod con teléfono y “funciones de Internet” se llama iPhone y por mas de una hora (lo que duro la conferencia de Jobs en la Macworld Expo) sentí que me iba acercando a la luz al final del tunel pero… repentinamente reviví cuando vi el precio y las condiciones de venta.

Estoy seguro de que en mi país la cosa va a ser un poco diferente pero; para cuando la mayor empresa de telefonía móvil (Telcel) ofrezca el iPhone en uno de sus planes estoy seguro que pedirá mas de los 500 o 600 dólares que Cingular va a pedir por un contrato de dos años y yo, sencillamente, no me imagino con un plan a dos años.

A mí, en particular, ninguno de los juguetes portátiles (iPod, teléfono, Palm o cámara) me ha durado más de un año. En principio porque corren el riesgo de quedarse en cualquier otra parte que no sea “su lugar” y luego, porque a cada rato salen al mercado nuevos modelos con mas funciones y, a veces, mas baratos. Pero como mi propósito de este año es no caer en la tentación de salir corriendo a comprar “lo último”… les voy a dar mi opinión sobre este lanzamiento de la ahora llamada solo “Apple Inc.” y la razón por la que he podido dormir tranquilo las últimas noches.

1.
Yo soy el propietario de mi iPod, de mi PDA de mi cámara e inclusive de mi teléfono celular (sonyericsson W810i) y no le tengo que dar a nadie explicación alguna si decido cambiarlos, perderlos o regalarlos; son absolutamente míos. No veo una sola razón por la que se me ocurriría atarme a una empresa para deberle el iPod, la PDA, la cámara y el teléfono al mismo tiempo y en un solo aparto. ¿Cuál es problema con vender el iPhone desbloqueado y dejar la elección del proveedor de servicio al usuario? Si no puedo ir a una Mac Store y salir con un iPhone completamente mío para ponerle el SIM de mi línea celular sin mayor trámite… entonces; no es para mi.

2.
No recuerdo cuando fue la última vez que cargué la batería de mi celular, la de mi iPod dura un par de días y si se acaba… no importa y casi no uso mi Palm así que la batería me preocupa menos. ¿Se imaginan lo inquietante que va a ser llevar la cuenta del tiempo que llevamos escuchando música o viendo videos para no terminar el día con un celular sin batería? Si voy a terminar cargando una batería adicional o el cargador del iPhone para todos lados entonces… no es para mi.

3.
De todos lo “gadgets” que puedo traer en mis bolsillos; el que mas uso es definitivamente el iPod Video. Tengo toda mi musica, un par de horas de los podcast diarios, los últimos episodios de mis series de televisión favoritas y las dos o tres películas completas (extraídas del DVD original) que voy viendo en mis ratos libres. ¿Realmente quiero empezar a sentir estrés por no tener espacio disponible para el próximo capítulo de Lost ? Si la capacidad de almacenamiento del iPhone no es mayor o igual a la de mi actual iPod entonces… no es para mi.

4.
Mi cámara digital es de 4.0 megapixeles pero la que mas uso es la de mi celular que es solo de 2.0 pero lo traigo siempre conmigo, tiene flash y la batería dura muchas horas pese a que la mayoría de las fotos que tomo son en interior y de noche. ¿Qué tantas fotos voy a poder tomar con el iPhone sin pensar en la memoria disponible, la batería y el inexistente flash? Si la cámara del iPhone no sustituye, por lo menos, a la de mi celular… no es para mi.

Por supuesto que si alguien me lo regalara, lo traería todos los días por todos lados y a todas horas pero… no por mucho tiempo. Me encantó el producto, estoy impresionado con todas sus innovaciones y ahora soy más fan de Apple que antes pero, definitivamente el iPhone no es para mi.

enero 06, 2007

En todos lados...

Ya se que no es nada nuevo leer sobre alguien asombrado porque un buen día se dio cuenta de que a cualquier lugar que va se encuentra rodeado de gente hablando por celular, mandando mensajes SMS, escuchando música en su reproductor portátil o escribiendo algo en su PDA (Palm, iPaq etc.). En realidad no me asombra, lo he notado desde hace algunos años y yo mismo soy una de esas personas; pero cuando se vive en un ciudad en el que mas de la mitad de la población difícilmente logra cubrir sus necesidades básicas es difícil no pensar en como es que esto es posible.

¿Acaso toda esa gente tiene ingresos suficientes para pagar por la tecnología sin dejar de atender otras obligaciones?

Mi teoría y experiencia personal es que la tecnología es como una droga. Una vez que la pruebas vas a querer probarla otra vez, luego vas a buscar en donde comprarla y harás todo lo posible por pagarla. Empiezas con cosas simples pero al poco rato estás metido en un círculo de accesorios, actualizaciones y servicios adicionales para estar al día hasta que te das cuenta de que ya no te alcanza, pides prestado, pagas con crédito y hasta ajustas tus gastos en otras cosa para comprar esa “ultima cosa” que te falta para darte cuenta de que te falta otra cosa mas.

Creo que esto aplica para cualquier cosa que tenga cables, chips, pantallas, antenas, memoria, etc. Por ejemplo, empezaste comprando el reproductor de DVDs, luego te pareció que necesitabas un “home theater” para escuchar mejor, después ya no te gusto como se ve la tele y viste la forma de contratar televisión de paga en alta definición tan solo para enterarte de que necesitabas una pantalla (LCD o plasma) para que realmente obtuvieras esa definición. Mientras tanto te compraste varias películas en DVD, muy probablemente una consola de video juegos, tarjetas de memoria, un control universal para tanto aparato y un regulador de corriente.

Parece que nunca estamos satisfechos o, mas bien, no podemos estarlo cuando en todo momento vemos anunciado que el nuevo modelo de… TODO!!! es más rápido, mas delgado, mas brillante, se escucha mejor, tiene mas opciones, se comunica con… TODO!!! y cuesta casi lo mismo con la opción de que lo pagues en 12, 18 o 24 cómodas mensualidades sin intereses.

Todo ese complejo de desarrollo de productos y servicios, publicidad, distribución y venta que nos tiene atrapados puedes ser muy cuestionable en términos del beneficio que realmente nos brinda el invertir buena parte de nuestro dinero en estas cosas que no nos dejan satisfechos y que nos hacen gastar mas y mas cada vez. ¿Esta bien?, ¿nos conviene?, ¿lo vale?

Solo basta recordar que somos parte de un sistema económico que vive de eso, que la empresas para la que trabajo existen gracias a esto y que toda la cadena de producción, comercialización y venta de… cualquier cosa; le da trabajo e ingresos a mucha gente. Claro que esta el asunto de que en un país como el mío hay una buena parte de la población que casi no se beneficia de este sistema económico y para la cual el acceso a la tecnología, como a muchas otras cosas, solo representa una razón mas para estar segregados y mantenerse indefinidamente en peores condiciones de competencia y desarrollo.

Para no desviarme del tema; voy a contarles que desde mi primer contacto con una computadora (Commodore 16 para los que las hayan conocido) le he invertido mas tiempo a este tema que a cualquier otro asunto de mi vida. Creo que ha valido la pena pero me preocupa que no me he tomado el tiempo para disfrutar los beneficios de la tecnología y que no le he sacado el máximo provecho a la bola de aparatitos y aparatotes en los que he invertido el dinero del lunch, regalos de cumpleaños, navidad y ahora buena parte de mi sueldo.

Ahora creo que es importante borrar de mi mente la idea de que todos esos objetos de tecnología que me rodean son “mis tesoros” y que debo verlos como objetos que deben darme un servicio, ayudarme en mis tareas y hacer mi vida mas fácil. En principio les voy a confesar que ya no me preocupa que mi iPod Video se raye un poco (solo un poco), se le acabe la pila o ya no le quepa ni uno mas de los videos que compro en la tienda de iTunes.

En fin… ya les contaré como me va.